Por Fidel Ramírez Guerra / @periodistafrg
El sistema político mexicano está inscrito de la posrevolución en el priato. Desde la articulación de Plutarco Elías Calles en la confederación de fuerzas. De las entrañas del PRI nació el PRD y de lo que ahora es Morena.
La escisión del PRI en los ochenta creó una nueva fuerza del centro social ante la llegada de la tecnocracia que construyó Miguel de la Madrid y Carlos Salinas fue su mejor representante. Salinas sigue vigente. Tan vigente que actores importantes de la 4T son salinistas.
Muchos presidentes irán de paso. No así Carlos Salinas. La pregunta aquí es si Salinas y el empresario Carlos Slim siguen jugando del mismo lado. El ex presidente hizo multimillonario a Slim con empresas del Estado. Las versiones dicen que Slim pagó económicamente lo que tenía que pagar a Salinas.
AMLO viene de la periferia del sistema. Como gobernador de la Ciudad de México también consintió a Salim. Como presidente López Obrador ejerce un poder absoluto, pero no tiene las redes para seguir en el manejo una vez que deje el gobierno. Salinas nunca se ha ido.
Para concluir el priato como sistema sigue funcionando en la 4T. La gran mayoría de sus exponentes en los estados son expriistas. Claudia Sheinbaum representa una orientación más hacia la izquierda. Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal más hacia el centro. AMLO viene del priato del centro. No de la izquierda. López Obrador necesitó a la izquierda de México para llegar al poder.
Una alianza de Salinas y de AMLO con Ebrard en la presidencia es la continuidad del priato. Incluso con Monreal.