En Guanajuato existen siete cráteres de volcanes inactivos inexplicablemente alineados con la constelación de la Osa Mayor.
Una región apartada de Guanajuato reúne siete cráteres de volcanes inactivos de borde bajo y centro plano que inexplicablemente están alineados igual que la constelación de la Osa Mayor. Al cráter que le corresponde la primera estrella, los habitantes le dieron el nombre de Hoya Rincón de Parangueo.
Se llega a su interior introduciéndose a un túnel de 500 metros de longitud, el cual hay que recorrer algunos tramos en cuclillas y solo ayudados por la iluminación que brindan unos niños guías. Al llegar al final del corredor un blanco destellante obliga a cerrar los ojos, ya que se siente como si se observara una planicie nevada.
Lo que se asemeja a una planicie nevada es, en realidad, un desierto salitroso de 1.5 kilómetros de diámetro, rodeado por bosque tropical. Una de las características más curiosas del Rincón de Parangueo es que siempre hace calor dentro de él, ya que se generó un microclima, con el paso del tiempo, que alcanza hasta los 22 grados centígrados. El cráter está rodeado por sedimentos salitrosos, los cuales han sido esculpidos por los elementos y ahora se asemejan a un brillante laberinto.
A las orillas existen sedimentos salitrosos que a ratos parecen fragmentos de hielo que forman unos accidentados laberintos, y al centro, un extraño lago rojizo agrega un toque más enigmático al sitio, es como estar en otro planeta.
Casi no hay ningún poblador que no asegure haber visto un OVNI descendiendo a este o a los otros seis cráteres, a los que en conjunto se los conoce como el Valle de las Siete Luminarias del municipio de Valle de Santiago, ubicado a 90 kilómetros al sur de la ciudad de Guanajuato.
También fueron ibéricos los que construyeron el túnel que lleva hasta el cráter de Hoya Rincón de Parangueo, se dice que la obra inició en 1910 con varios hombres que lo abrieron solo a golpes de marro y cincel. La intención era obtener el agua que la oquedad había acumulado por siglos, así que unos trabajadores empezaron a cavar desde el interior y otros desde el exterior hasta encontrarse; el proceso tardó cinco años.
La leyenda que cuentan los pobladores es que uno de los cavadores murió baleado justo en medio del túnel y que su cadáver sigue ahí. Lo que ninguno de ellos sabe explicar es la coincidente posición estelar de los cráteres. Aunque de acuerdo con las predicciones astronómicas cada mil 40 años la Osa Mayor se sitúa en la vertical de los siete volcanes.
Con información de: México Desconocido y MXCITY.