Este monumento fue levantado en el cerro de San Miguel en memoria de Juan José de los Reyes Martínez Amaro, apodado “El Pípila” quien incendió la puerta del Castillo de Granaditas el 28 de septiembre de 1810.
La construcción se inició el 15 de enero de 1939, por Augusto Gutiérrez O, conforme a la maqueta del escultor Juan Fernando Olaguíbel. La escultura mide 17 metros desde los pies a la antorcha. El minero del poblado del Cubo, Antonio Moya Núñez, sirvió como modelo para la escultura.
Actualmente ha sido remodelado y alberga un museo.
Tiene un mirador en el barandal, desde donde puede apreciarse casi toda la Ciudad, anclada en la serpiente barroca de su espacio y de su tiempo ofrece un espectáculo único la panorámica belleza de la Ciudad del día y noche. Pero una de las mejores horas es cuando cae la tarde, que es cuando, en el lenguaje de uno de los poetas populares, puede decirse de la Ciudad: “En el milagro de tu cantería, agitan sus panderos los arroyos”, pero si esperamos el suave manto de las primeras horas de la noche, entonces “enciende sus luciérnagas de pascua tu extraño laberinto de recodos… alegre caserío de crucigrama, ahora como ayer los cascabeles repican de tus viejos campanarios, porque eres y serás navidad por siempre…”
Ceremonia de inauguración
En la cima del cerro de San Miguel a setenta y cinco metros sobre el nivel de la ciudad de Guanajuato, se inauguró el 5 de febrero de 1940 el monumento a “El Pípila”. El señor Manuel Zepeda Medrano, presidente de la Asociación de Constituyentes en una conmovedora ceremonia en el que recordó con una lectura biográfica la vida del heroico minero de Guanajuato.
En esta inolvidable ceremonia también lo recordó el profesor Fulgencio Vargas y recitó una composición alusiva el poeta doctor Cayetano Andrade.
La idea de levantar el monumento fue de los señores: licenciado Luis I. Rodríguez y Pedro Arena y se comenzó a erguir bajo el gobierno del señor licenciado Rafael Rángel, encomendándose el proyecto y su ejecución al escultor guanajuatense Juan F. Olaguibel, quien tuvo como principal colaborador a1 señor Agustín Gutiérrez Ocampo. Todo el monumento está hecho en cantera rosa extraída de ochocientas toneladas, una base de noventa metros a ambos lados y veinticinco metros de altura de los cuales dieciséis corresponden a la escultura de “El Pípila”.
La parte posterior del monumento lleva una reproducción en cantera rosa de la puerta de la Alhóndiga de Granaditas, en la que hay una escalera interior para salir a un balcón colocado en la parte superior de la propia escultura. En el frente y en la parte inferior del monumento se encuentra esta leyenda: “Aún hay otras alhóndigas por incendiar” Guanajuato, Septiembre de ‘ 1939. La construcción de “El Pípila” del cerro de San Miguel, empezó el 15 de enero de 1939. En esta obra trabajaron más de ciento sesenta operarios y terminaron el 23 de enero de 1940.
El gobernador constitucional interino señor licenciado Rafael Rangel erogó hasta el día 29 de septiembre de 1939, en que entregó el poder ejecutivo al nuevo titular constitucional Don Enrique Fernández Martínez, la suma de $97,153.50 pero consciente de su deber ya que habría iniciado la obra, cubrir el costo total de esta, depositando la suma de $26,000.00 en Casa D’Voti y Lujan.
Desde entonces el monumento erigido en honor del héroe de la Alhóndiga Juan José de los Reyes Martínez “El Pípila”, es visitado por turistas nacionales y extranjeros para admirar desde sus magníficas terrazas el paisaje maravilloso de la ciudad. En este cerro de San Miguel se encontraba una cruz de cantera verde, ahora está en la Plazuela de San Roque, donde se efectúan los Entremeses Cervantinos.
Fuente: Inventario Turístico de Guanajuato Capital / Grupo Editorial Centenarios-Kiosco de la Historia /