Sigue la lucha contra el trabajo infantil

El trabajo infantil sigue siendo una lacra mundial. Desde el año 2000, se han logrado avances significativos para reducirlo, pero diversos acontecimientos de los últimos años, como la pandemia de COVID-19 y conflictos en todo el mundo, han llevado a millones de familias a la pobreza. Todo ello amenaza con frenar los avances conseguidos.

El último análisis llevado a cabo por UNICEF y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que se ha producido un descenso del trabajo infantil en los últimos cuatro años. En 2020, eran 160 millones de niños los que estaban involucrados en algún tipo de trabajo infantil, frente a los 138 millones de 2024.

“Las conclusiones de nuestro informe ofrecen esperanza y demuestran que es posible avanzar”, asegura en un comunicado de prensa el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo. “Pero aún nos queda un largo camino por recorrer antes de alcanzar nuestro objetivo de erradicar el trabajo infantil”, prosigue.

¿Qué se entiende por trabajo infantil?

Nina Mast, analista del Instituto de Política Económica, con sede en Washington D. C., explica a DW que “trabajo infantil” es cualquier actividad explotadora u opresiva realizada por un menor o “cualquier trabajo que sea excesivo, en el sentido de que interfiera en la educación, la salud o el bienestar del niño”.

Según Claudia Cappa, asesora principal de estadísticas y seguimiento de UNICEF, dos tercios de todos los niños que trabajan se encuentran en el África subsahariana, aunque advierte que también es un problema en otras zonas del mundo, como la Unión Europea y Estados Unidos.

“Aunque el trabajo infantil es más común en los países de bajos ingresos, también existe en los de altos ingresos”, comenta Cappa a DW. “A menudo, se oculta en la agricultura, el trabajo informal o en comunidades marginadas. La pobreza, la desigualdad y la exclusión hacen que ciertos grupos de niños sean vulnerables, independientemente de dónde vivan”.

El panorama en México

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), presentó datos actualizados que revelan una realidad calificada como preocupante, señalando que aproximadamente 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre cinco y 17 años en México, se encontraban en situación de trabajo infantil. Dicha cifra representa el 13.1% del total de la población infantil en ese rango de edad.

La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, señaló que de esos 3.7 millones de menores, 2.1 millones desempeñaban ocupaciones no permitidas, es decir, labores que infringen normas laborales por edad mínima o condiciones peligrosas.

La inasistencia escolar es un rasgo recurrente entre esta población: 42.7% de los niños y 32.8% de las niñas en ocupaciones no permitidas no asistirán a la escuela.

Los datos también revelan diferencias significativas entre niños y niñas en cuanto a las formas de trabajo. Mientras que 58.8% de los niños en trabajo infantil realizaban ocupaciones no permitidas, el 59.7% de las niñas se dedicaba principalmente a quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, con jornadas prolongadas, sin remuneraciones y bajo entornos potencialmente riesgosos.

El grupo de edad con mayor incidencia fue el de 15 a 17 años, que representó 48.9% de la población en trabajo infantil, seguido por el de 10 a 14 años con un 40.4% y en menor medida el de cinco a nieve años, con un 10.8%.

Trabajo infantil y exclusión escolar

Tres de cada diez niñas, niños y adolescentes que trabajan no asisten a la escuela. La exclusión educativa es más elevada entre quienes están en ocupaciones no permitidas (representada por el 39.9%), en contraste con aquellos que se les dedican a tareas domésticas en condiciones no adecuadas (representados por el 21.1%).

En general, 32% de los niños y 27% de las niñas en situación de trabajo infantil no están inscritos en el sistema escolar.

Condiciones de las ocupaciones no permitidas

El informe detalla que 57.1% del total de menores en un trabajo infantil estaban involucrados en ocupaciones no permitidas. Dentro de este grupo, 43.3% lo hacia por estar debajo de la edad mínima legal (menos de 15 años), mientras que 56.7% lo hacía en actividades consideradas peligrosas según la Ley Federal del Trabajo.

Las niñas se concentraron más en actividades comerciales (representadas por un 32.3%), en el sector de servicios hubo un 32.2% mientras que los niños lo hicieron principalmente en el sector agropecuario (representados por un 39%).

En cuanto a la duración de las jornadas, el 28.9% de los niños trabajó más de 36 horas semanales, comparado con el 22.7% de las niñas, sin embargo, 30.8% de las niñas dedicó más de 28 horas semanales a quehaceres domésticos, frente a solo 8.5% de los niños.

Quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas

Además de las ocupaciones económicas, 1.9 millones de niños, niñas y adolescentes realizaban quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, lo que representa 6.7% del total de la población infantil y 51.4% del total en condición de trabajo infantil.

Estas tareas, aunque no remuneradas, pueden implicar riesgos para la salud y el bienestar físico o emocional debido a la exposición a cargas excesivas o peligrosas.

Las niñas son las más afectadas en este rubro: 7.1% de ellas estaban en esta condición frente a 6.4% de los niños. Por edad, 43.2% tenía entre 10 y 14 años y 42.2%, entre 15 y 17 años.

En términos de tiempo, 59.6% de los menores dedicó hasta 14 horas semanales a estas labores, mientras que 20.1% lo hizo entre 14 y 28 horas. Las niñas son quienes destinan más tiempo: 30.8% trabajó más de 28 horas semanales, en contraste con 8.5% de los niños.

Aumento en Estados Unidos

La atención de Nina Mast se centra principalmente en Estados Unidos, donde han aumentado desde la pandemia las infracciones a la Ley de Normas Laborales Justas, la principal legislación de protección de los trabajadores del país.

“Creo que debemos considerar esto como una crisis que no se ha resuelto”, dice Mast, y añade que la administración Trump ha anunciado planes para debilitar varias leyes de protección laboral. Según la experta, las infracciones típicas en Estados Unidos consisten en que los menores trabajan hasta muy tarde o demasiadas horas.

También hay casos en los que se emplea a menores para manejar equipos que está prohibido usar con su edad o para realizar trabajos que no deberían hacer tan jóvenes. Otro problema importante, añade, es el sector agrícola, donde a veces se emplea a niños de tan solo diez años en trabajos peligrosos.

También un problema europeo

Según la Organización Internacional del Trabajo, alrededor del 71 por ciento de todos los niños trabajadores se dedican a la agricultura.

Marco Dubbelt, director de Global March, una red de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil dedicada a la eliminación del trabajo infantil, la esclavitud y la trata de personas, dice que eso también es un problema importante en Europa, por ejemplo en Albania, Rumania y el sector hortofrutícola de Italia.

“No impacta tanto como un niño trabajando en las minas del Congo”, dice a DW. “Pero es un trabajo muy peligroso. Los niños trabajan con pesticidas, bajo un estrés térmico enorme. Es realmente insalubre para ellos”.

Claudia Cappa, de UNICEF, señala que la prevalencia del trabajo infantil en la UE es baja en comparación con los niveles mundiales, pero afirma que “existe en formas más ocultas, como en la agricultura, los servicios informales y entre las comunidades marginadas”. Tanto Cappa como Dubbelt advierten de que es difícil obtener datos fiables en los países con ingresos más altos y que hay una falta de información al respecto.

En 2021, la UE se sumó a una iniciativa mundial para designar 2025 como el año para acabar con el trabajo infantil en todas sus formas. Aunque ese objetivo no se ha alcanzado, la UE cuenta con una legislación relativamente estricta destinada a proteger a los menores de prácticas laborales perjudiciales.

La Directiva de la UE sobre la protección de los jóvenes en el trabajo exige a los Estados miembros que prohíban el empleo a tiempo completo de niños menores de 15 años o que aún estén cursando estudios, con algunas excepciones. También establece diversas obligaciones para los empleadores en lo que respecta a la salud y la seguridad de los trabajadores jóvenes.

Vía DW e Infobae.

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