Razones por las que algunas personas ven fantasmas

A lo largo de la historia, miles de personas han afirmado ver fantasmas o sentir presencias del “más allá”.

Estas experiencias, aunque intrigantes y a menudo aterradoras, siguen siendo motivo de debate

La idea de los fantasmas ha fascinado a la humanidad durante siglos.

Desde sombras misteriosas hasta apariciones completas, muchas personas afirman haber visto o sentido presencias sobrenaturales.

Pero ¿qué dice la ciencia al respecto? ¿Por qué algunas personas aseguran haber visto fantasmas mientras que otras nunca experimentan nada parecido?

El poder del cerebro humano

El cerebro humano es una herramienta increíblemente poderosa, pero también puede ser susceptible a errores de percepción. Según los neurocientíficos, el cerebro está constantemente tratando de interpretar el mundo que lo rodea, llenando vacíos cuando la información sensorial es incompleta.

Este fenómeno se conoce como pareidolia, y es el mismo que nos hace ver caras en las nubes o figuras humanas en sombras.

En condiciones de baja iluminación, cansancio o miedo, el cerebro puede malinterpretar estímulos ambiguos como presencias humanas, lo que podría explicar muchas “apariciones” fantasmales.

Privación del sueño y alucinaciones

La falta de sueño afecta profundamente el funcionamiento del cerebro. Las personas que sufren de insomnio o privación crónica de sueño son más propensas a experimentar alucinaciones visuales o auditivas.

En estados extremos, el cerebro puede crear experiencias sensoriales completas sin ninguna fuente externa real.

Esto también se relaciona con la parálisis del sueño, un fenómeno en el que una persona, al despertar o quedarse dormida, es incapaz de moverse y a menudo experimenta visiones terroríficas de presencias en la habitación.

Ambientes con campos electromagnéticos y moho tóxico

Algunas investigaciones han encontrado que los campos electromagnéticos irregulares pueden afectar el lóbulo temporal del cerebro, provocando sensaciones extrañas como escalofríos, sentirse observado o incluso ver cosas que no están allí.

Ciertas construcciones antiguas o mal mantenidas pueden tener instalaciones eléctricas defectuosas que generen estos campos.

Asimismo, se ha estudiado la posibilidad de que el moho tóxico en lugares cerrados provoque alucinaciones, ansiedad y sensaciones de miedo.

Esto podría explicar por qué muchos relatos de fantasmas ocurren en casas viejas o abandonadas.

Sugestión y cultura

La creencia en fantasmas también puede ser reforzada por factores sociales y culturales. Si una persona crece en un entorno donde lo paranormal es aceptado o esperado, es más probable que interprete eventos ambiguos como sobrenaturales.

Además, en lugares donde hay historias de fantasmas conocidas, las personas son más propensas a experimentar “fenómenos”, simplemente porque esperan que ocurran. Esto se conoce como efecto placebo o poder de la sugestión.

Trastornos mentales y estrés extremo

Algunas condiciones psiquiátricas, como la esquizofrenia o los trastornos disociativos, pueden provocar alucinaciones.

Sin embargo, incluso personas sin trastornos diagnosticados pueden experimentar fenómenos similares bajo altos niveles de estrés, duelo o trauma.

El cerebro, en momentos de dolor emocional profundo, puede manifestar imágenes o voces como una forma de procesar la pérdida o el miedo.

No es locura

Ver fantasmas no necesariamente significa estar “loco” o tener habilidades sobrenaturales. Según la ciencia, hay una combinación compleja de factores neurológicos, ambientales, psicológicos y sociales que pueden hacer que una persona experimente algo que percibe como una aparición.

Aunque la ciencia no puede explicar todos los casos al 100 por ciento lo que parece claro es que nuestra mente tiene más poder del que imaginamos.

Y cuando se enfrenta a la oscuridad, el miedo y la incertidumbre, a veces, crea sus propios fantasmas.

Fuente: El Pípila

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