México, un país conocido por su vasta biodiversidad, se enorgullece de ser el hogar de la mayor variedad de cactáceas en el mundo. Esta celebración el 10 de octubre se ha establecido en honor a los 913 taxones (entre especies y variedades) registrados en territorio mexicano. Lugares como San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y Oaxaca son la cuna de la diversidad de estas plantas, y resaltan por ser ecosistemas que brindan recursos a diversas especies animales, desde aves hasta insectos, que dependen del néctar, polen y frutos de los cactus.
Estos vegetales no solo nutren la fauna, sino también a los seres humanos. Los nopales y sus frutos, como las tunas y pitahayas, son un elemento clave en la gastronomía mexicana. A pesar de sus beneficios, es vital mencionar que diversas especies de cactáceas están en peligro debido al saqueo y el comercio ilegal, como el caso de la biznaga barril, cuyo extracto se utiliza para el acitrón, un tradicional dulce mexicano.
El desafío de la conservación
Las cactáceas enfrentan diversos desafíos que amenazan su existencia. Uno de los principales problemas es su lento crecimiento, lo que hace que su recuperación sea un proceso arduo. Además, el alto grado de endemismo – con 518 especies y 206 subespecies que solo se encuentran en México – las hace especialmente vulnerables a las perturbaciones humanas. Actividades como el cambio de uso de suelo, la introducción de especies exóticas y el comercio ilegal han llevado a muchas de estas plantas a una situación crítica.
Importancia de las cactáceas
Los estados de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y Oaxaca poseen la mayor multiplicidad de esas plantas y, por regiones geográficas, la más alta diversidad se ubica en el valle de Tehuacán-Cuicatlán, entre Puebla y Oaxaca, seguida por la Barranca de Metztitlán y la depresión del Balsas.
Su importancia radica en que estas especies se integran a la estructura de los ecosistemas desérticos que proveen de recursos a murciélagos, aves e insectos que se alimentan del néctar, polen y frutos, y además dan refugio a muchos animales que usan sus ramas para anidar.
Distintos cactus le proveen alimento de alta calidad al ser humano. Los tallos del género Opuntia, los famosos nopales y sus frutos, las tunas y pitahayas están muy bien asimilados en la cocina mexicana. Sin embargo, el saqueo ha puesto en riesgo a varias especies como el Echinocactus platyacanthus, llamado comúnmente biznaga barril, del que ilegalmente se elabora el exquisito dulce mexicano conocido como acitrón, al grado de estar sujeta a Protección Especial, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.
En regiones donde otros recursos forestales son escasos, los cactus columnares, como el cardón y el órgano, se utilizan como cercas vivas para delimitar predios. Mientras tanto, de los nopales se obtiene materia prima para la construcción, ya que con la baba o mucílago del nopal se fabrican adobes, impermeabilizantes y pinturas, y también este vegetal es forraje para el ganado, combustible y material para la fabricación de artesanías.
Cactáceas gigantes de Guanajuato
En Tierra Blanca, Guanajuato, se encuentra la comunidad de Cieneguilla, donde el principal atractivo es una reserva ecológica en la que crecen impresionantes cactáceas gigantes. Esta zona se ubica a 54 Km de Mineral de Pozos y comparten además espacio con plantas medicinales.
La reserva en Tierra Blanca ofrece recorridos guiados en la zona, en donde se puede conocer más de la historia e importancia de estas plantas de más de 400 años y que llegan a tener una altura de hasta 2.20 metros aproximadamente.
En la Sierra Gorda de Guanajuato existen tres especies de cactáceas microendémicas, mismas que se encuentran en peligro de desaparecer ante el saqueo y el consumo de biznaga en nuestra gastronomía, pues es con esta planta que se elabora el acitrón, dulce cristalizado utilizado principalmente para la famosa rosca de reyes.
Fuente: UNAM, Gobierno de México, Milenio.